"No hay energía más barata que aquella que no se consume"

28/09/2011



Alfonso Beltrán actualmente es director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio que coordina, conjuntamente con las comunidades autónomas, la consecución de los objetivos de ahorro y eficiencia energética y de energías renovables en España. En esta entrevista nos da las claves sobre los desafíos más importantes a los que se enfrenta el sector energético y el papel que las políticas de ahorro y eficiencia.

 


 

En su opinión, ¿Cuáles deben ser las prioridades para acelerar el progreso hacia el desarrollo sostenible en los próximos 10 años? ¿Cuál es la mayor prioridad?

El desarrollo sostenible afecta a todas las actividades de las empresas y ciudadanos, aunque su influencia en la sostenibilidad global dependerá de la especificidad de cada tarea.

En el caso de los recursos naturales que consumimos (minerales, agua, energía, productos agrícolas), el desarrollo sostenible equivale a  disminuir la utilización de esos recursos, para así mejorar  la calidad de vida a nivel global.

Sin lugar a dudas, de todos los recursos, uno de los prioritarios es la energía, presente en todos los actos de la vida diaria y por tanto básica en el desarrollo y en la calidad de vida Los recursos energéticos son cada vez más escasos, y su consumo tiene un gran impacto en el medio ambiente.

Por ello, el ahorro y uso eficiente, junto con una producción con energías no contaminantes y autóctonas llevarán  a nuestra sociedad por una senda sostenible de desarrollo.


¿Qué sectores económicos considera más importantes para construir una economía verde que ayude al desarrollo sostenible del planeta?

Entre los sectores decisivos para impulsar una economía verde, muchos de ellos recogidos en la  Ley de Economía Sostenible, aprobada recientemente, destacan:

- El sector energético, basado en una oferta baja en carbono, y en lo posible autóctona, y en la racionalización de la demanda.

- La movilidad. Uno de los sectores con mayor impacto en el consumo de recursos es sin duda el transporte. La reducción y diversificación de  este consumo contribuirán positivamente al desarrollo sostenible de nuestro planeta.

- Prácticas de rehabilitación en edificios ya existentes, para crear  actividad en el sector de la construcción y que permita a los ciudadanos reducir drásticamente el consumo energético en sus hogares.

- Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), en continuo desarrollo. Además de contribuir a aumentar la calidad de vida, también son un importante motor para el ahorro energético, evitan desplazamientos y reducen el consumo de materias primas.

En lo que se refiere al sector energético ¿cuál es el mayor desafío hoy en día?

Entre los mayores desafíos a los que se enfrenta España se encuentra  la disminución de la dependencia energética del exterior. España es un país sin apenas recursos fósiles, por lo que nuestra dependencia está próxima al 75%, muy por encima de la media europea, situada en torno al 54%.

Este alto porcentaje, unido a que los países que nos abastecen tienen una situación geopolítica compleja, nos hace vulnerables ante potenciales conflictos, como ya se puso de manifiesto en el pasado.

Es necesario una reducción del consumo y un aumento de la eficiencia energética de forma que se reduzca  la intensidad energética, el consumo energético por unidad de PIB, que aunque ha mejorado sensiblemente  en los últimos años, aún es un 15% superior a la media de la Unión Europea.

También hay desafíos a nivel medioambiental. El 80% de las emisiones de CO2 procede de los usos energéticos y aunque las  emisiones han  disminuido en los últimos años, aún tenemos que hacer un esfuerzo adicional  para cumplir con los objetivos europeos a 2020 y con el Protocolo de Kyoto.

En todo caso, es de justicia señalar que  las emisiones de CO2 en España han disminuido notablemente, situándose en 2010 en torno a las 350 millones de toneladas, casi un 4% menos que en 2009, y valor  similar al registrado  en 1998, gracias a los esfuerzos realizados en ahorro y eficiencia energética y en un mayor uso de las renovables

Eficiencia y ahorro energético. ¿Qué papel deben desempeñar? ¿Hasta dónde llega su potencial?

El papel de la eficiencia y del ahorro energético es fundamental para el desarrollo sostenible de nuestro país.

Una frase muy recurrente, pero totalmente cierta es que no hay energía más barata que aquella que no se consume, de ahí la importancia de implantar medidas para lograr la eficiencia energética en todos los sectores y concienciar a los consumidores de los beneficios del ahorro energético.

El ahorro y la eficiencia energética son fundamentales para conseguir seguridad en el suministro energético, disminuir las emisiones de CO2 y fomentar la penetración y el desarrollo de las energías renovables.

Los objetivos fijados por la Unión Europea para 2020 en materia de ahorro y eficiencia energética (aumento de la eficiencia energética en un 20%) confieren a este sector un importante potencial a todos los niveles, más aún en los tiempos de crisis económica que vivimos en la actualidad, donde la eficiencia se perfila como un instrumento imprescindible para mejorar la situación económica, crear riqueza y fomentar el empleo.

Para contribuir a estos objetivos  el Consejo de Ministros aprobó el pasado 29 de julio el Plan de Acción de Ahorro y Eficiencia Energética (PAEE 2011-2020) que  tiene como objetivo un ahorro anual de 35.585 ktep, que supondrá  un total de 133.000 ktep de ahorro de energía primaria en el período 2011-2020 y una mejora de la intensidad final del 2% anual.

En cuanto a los beneficios socio económicos, los resultados hablan por sí solos: en 2009 el sector de la eficiencia energética empleaba de forma directa a más de 106.000 personas, con un aporte directo al valor añadido bruto (VAB) de 7.400 millones de euros.

La actuaciones de eficiencia energética en edificación y transporte son las más relevantes, contribuyendo en un 65% en el total de empleo. Las previsiones futuras para la eficiencia energética son muy halagüeñas, ya que se prevén  288.000 empleos directos en el sector en 2020 y una aportación directa al VAB de 20.136 millones de euros, con un crecimiento superior al esperado para la economía española en este período.

Además, el  ahorro y la eficiencia energética es un instrumento eficaz para la reducción de emisiones de CO2, contribuyendo en un 65% a la reducción de las mismas.

Es de resaltar que desde 2005, España viene disminuyendo paulatinamente su intensidad energética, lo cual significa mejoras considerables en la eficiencia energética. El ritmo de mejora es mayor que el del resto de países europeos, si bien aún estamos en niveles de intensidad energética peores que la media europea.

Quedan muchas cosas por hacer en este campo, aunque se avanza de forma rápido, con ejemplos muy positivos de realizaciones,  como son  la gran penetración de las  lámparas de bajo consumo y los electrodomésticos eficientes,  los programas de apoyo a los  vehículos eléctricos e híbridos a los edificios de consumo “casi cero” y a las empresas de servicios energéticos.

Desde su punto de vista, cuales son los retos, barreras, riesgos y oportunidades en el desarrollo de las energías renovables. A nivel económico, social y ambiental.

No hay otra opción que el fomento de las energías renovables y la eficiencia energética para reducir la dependencia energética.

El principal reto al que se enfrenta España, y el resto de estados miembros de la UE, es el cumplimiento del objetivo impuesto a 2020 (aumento de la eficiencia energética en un 20%, aumento de las renovables en un 20% y disminución de los
gases de efecto invernadero (GEI) en un 20%) y otros acuerdos  similares como el proclamado por la UE de reducir en un 80% las emisiones  de CO2 en 2050.

Son muchas las barreras que se interponen al desarrollo de las energías renovables, si bien, en los últimos años, dichas barreras se están superando, alzando a las renovables como un sector generador de riqueza y empleo.

La principal barrera que existe en la actualidad es la de  los costes, aún superiores a los de las tecnologías convencionales, la dificultad de almacenamiento de la energía eléctrica generada con renovables, los intercambios internacionales, la falta de desarrollo legislativo  para alguna tecnología, la logística de distribución, la integración arquitectónica y la sostenibilidad ambiental de los materiales.

Existen tecnologías con un amplio desarrollo tecnológico al que nuestro país está contribuyendo de modo destacado, como por ejemplo la energía eólica o la solar termoeléctrica. Mientras que hay otras tecnologías necesitadas de un mayor  desarrollo y reducción de costes y otras que se encuentran todavía en una etapa muy incipiente. Por ello es fundamental promover la innovación y  el desarrollo tecnológico,  para continuar siendo, como somos, referente mundial en muchas tecnologías renovables y para poder serlo en las menos maduras en el futuro.

Las oportunidades son muchas y variadas. Las energías renovables y el ahorro energético se presentan como una vía para salir de la crisis económica en que nos vemos inmersos.

Además, tal como ocurre con la eficiencia energética también las energías renovables aportan muchos beneficios a nivel social y económico. Estudios recientes, incluidos en el Plan de Energías Renovables (PER 2011-2020), muestran que las renovables representaban en 2010 el 0,98% del PIB de España y empleaban de forma directa a 70.152 personas.

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